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Qaytukunapura rimaymi / Mi voz entre los hilos

Qaytukunapura rimaymi o Mi voz entre los hilos, consolida una valiosa etapa (2000-2004) que la obra de Paloma Alvarez Castro ha planteado en disímiles técnicas y elementos —como el “patchwork” , el acrílico y el bordado en pedrería — que, ha ido fijando en el lienzo bajo la unidad temática del legado histórico peruano. Temática que aflora desde la abstracta perspectiva de formas geométricas, donde círculos y líneas se imponen con nitidez en clara alusión a ese universo andino. Cosmos en el que se devanea el ser humano y la naturaleza, dispersos en una fluida sinfonía cromática que evoca al Arte de las culturas Huari, Paracas y Nasca. Afinidad cultural que no es fortuita en su obra, pues está inherente en ella por vínculo filial. Parentesco que la autora hace tangible —en una segunda fase— en su trabajo “Entre hilos y bordados: Rescatando una herencia” , en homenaje a las mujeres tejedoras y bordadoras de su familia paterna, como heredera de una tradición que lleva hacia el Arte contemporáneo, donde ella y su abuela figuran como referentes de esa transmisión familiar. Planteada en grandes formatos diseña una alegoría bordada de sus perfiles —de rostros, manos estrechadas y el sistema sanguíneo en cuerpo entero— que desplaza sobre bastidores planos verticales, de telas floreadas y de vivaces colores enteros. Próximo a ese contexto, la artista se afirma en la técnica mixta del bordado y la pintura, con un discurso que enfatiza lo afectivo personal que transita entre el campo y la ciudad, cuya composición basada en “tacones y usutas” sobre piso urbano, designa al cimiento de lo que anhelaba construir (2005) . Paulatinamente, su obra reflexiona —sin ánimos de chauvinismo— en torno a nuestra identidad nacional, a través de la inclusión de nuevos íconos como los símbolos patrios y frases sueltas en Quechua ayacuchano. En la presente muestra, la autora asume el tema de la ruptura como parte de su historia personal; donde convergen en composición equilibrada los géneros —en ausencia física—, las lenguas en versos poéticos, los atavíos y los colores del campo y la ciudad. Como propuesta plástica que innova a través de la delicadeza del bordado que, la fina hebra de la alpaca le confiere con suma calidez.

Rosaura Andazabal Cayllahua

Historiadora

Como Educadora

Recorriendo con aguja e hilo las huellas de la migración

La finalidad de la técnica de bordado del punto de relleno es, como su propio nombre lo indica, cubrir zonas definidas de un soporte a través de una multitud de trayectos paralelos de hilos que siguen la misma dirección.

Es precisamente en el bordado manual que la artista plástica Paloma Álvarez ha descubierto una fuerza simbólica y calidades particularmente táctiles que le sirven para crear en su presente muestra Qaytukunapura Rimayni / Mi voz entre los hilos un vínculo expresivo entre el sujeto temático y el procedimiento técnico de la obra.

...la aguja va migrando de un borde al otro, deja una huella en cada recorrido –de forma líneal, materializada en la fibra de alpaca– para formar parte de una nueva estructura de superficie que va estableciéndose en el soporte.

Zonas cuadradas en blanco y rojo, parcelas, lotes laboriosamente bordados, que contienen el hilo del destino de la migración interna del Perú, están habitados por frases en quechua ayacuchano e imágenes de objetos que nos cuentan de partidas, despedidas, llegadas y nuevos comienzos, en el anhelo de hacer convergir campo y ciudad en una sola trama.

Alvarez propone por lo general formatos de dípticos, trípticos o polípticos para visualizar el enfrentamiento de ambas partes, campo y ciudad. A un lado se representan unas ojotas, el prototipo de sandalia de la sierra andina, y al otro, unos zapatos de modelo urbano con tacón, de colores mixtos.

Los bordados de frases quechuas y distintas representaciones de zapatos de tacón y ojotas mayormente impares, por una parte trasmiten un sentimiento de pérdida y distancia, y por otra remiten a cierta dinámica ya que el zapato alude, en su función de vestido para el pie, al movimiento de desplazarse.

A través del bordado, connotado como labor generalmente femenina, Álvarez deja hablar a aquellas generaciones de mujeres, cuyas vidas han tomado otros caminos por el fenómeno de la migración y que han tenido que localizarse nuevamente entre los bordes de ciudad y campo, entre ambas familias, entre ambas sociedades, para redefinir una identidad y escuchar un eco creando hilos de comunicación y entendimiento.

Antje Ruwisch de Guerrero

Historiadora de arte

Paloma Alvarez

sábado, 15 de mayo de 2010

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